De la secretaría a la banca y Carta a Santoclos

Con el conque de que no existe nadie en el país para encargarse de tan compleja y estratégica posición, nuestro siempre atinado presidente don Felipe decidió mandar al responsable de muchos financieros males actuales que tanto nos achacan, nada más y nada menos que a la banca, desafortunadamente no es esta la que el mencionado se merece sino el mismísimo Banco de México, ¿podría el lector imaginarse las catástrofes que pueden crearse desde puesto tal? sobre todo en manos del rechonchete ex-secregato de hacienda, y no digo esto así nada más al aire porque, el señor se ha encargado de demostrarnos –así como Vicente –el ex, de la sillota presidenciosa- con sus altruistas y analfabetos comentarios- a través de varios desatinos –algunos notorios y otros muchos irreversibles-, la incompetencia de que es capaz, solo nos queda esperar a que cometa sus primeros errores para darnos cuenta de la realidad.

Aún cuando no entiendo mucho de finanzas –al final soy escritor y no economista- creo comprender bastante bien la cantidad de fraudes, movimientos truculentos, tratos extra muros y nepotismo desmedido que tal posición representa, y es aquí donde insto al lector no solo a recordar sino a, evitar extraviar nuevamente la memoria como solemos acostumbrar y –valga la rebusnancia mía- a recordar que de alguien dependió la sacadera de dólares del pasado 2008 –digo yo que tanto mondrigo empresariote no puede enterarse así nomás como si lo hubiera escuchado en el súper mercado o mesmamente en la cola de las tortillas, de informaciones tan altas que conlleven el desfalco nacional y el pseudo derrumbe de una economía medianamente sólida ¿o si?, sino que definitivamente la información debe ser proporcionada vía “fuga” por algún servidor público –léase fraudulento, vendido y convenenciero empleadete del pueblo mexica- con suficiente jerarquía como para no solo recibir información de ese calibre sino también, para manejarla a su entero gusto y provecho-, que si a alguien le debemos la inconcebible envergadura del actual boquete económico es a ese mismo ineficaz empleado nuestro. Pero ojalá que más adelante me sea brindada –a través de un impecable trabajo y de un interminable listado de beneficios NACIONALES y no personales o para unos pocos cuantos- la oportunidad de morderme la lengua y hasta los cachetes por dentro porque solo entonces sabremos que ya por fin, este puñadito de costosos servidorcitos está haciendo algo por retribuirle al pueblo por tan buenas vidas que se dan.

Pero ojalá también, cuando todo resulte ser un error de cálculos –como desafortunadamente sabremos que pasará y conste que no estoy retando la inteligencia de nuestro presidente sino todo lo contrario, la estoy exaltando- con sus ya conocidas, imaginadas e inimaginables consecuencias, el pueblo mexicano –al menos ese enorme sector que bien podríamos catalogar de desinteresado- se faje bien las camisas, se ciña bien las faldas, se deje de inmaduras tarugadas, se sacuda de pusilanimidades y acompañe a los cientos de quejosos que actualmente han decidido alzar no solo la voz, sino también las manos y en algunos casos, hasta algún palito o una piedrita recogidos en el camino, porque ciertamente no hemos entendido –por más y más que se nos ha venido diciendo- que las cosas van de mal en peor pero solo para el pueblo, no para los gobernantes y mucho menos para los empresarios y que desafortunadamente el panorama no da muestras de mejorar hasta que el pueblo se una de verdad, pero no para gritar gol o para embriagarse en las fechas patrias, sino para decirle a quienes se la pasan ordeñando nuestros bolsillos que, o le bajan varias rayas a la cuenta de sus abusos o de plano que comiencen a hacer sus maletas.

Para muestra un botón, aún cuando no nos ha sido informado –por obvias razones-, nuestra constitución le otorga al pueblo el poder suficiente para mantener en sus puestos o mandar a volar a nuestros gobernantes, ¿quieres saber como? LEE LA CONSTITUCIÓN, son baratas y las venden en todas las librerías.

Tú decides oh, hermana y hermano lector, nos quedamos como estamos o de plano nos seguimos agachando.

Carta a Santoclos

Querido Santa, en vista de que las cosas van de mal en peor y principalmente, en vista de que el venidero 2010 se van a poner color de hormiga –o sea, entre negro profundo y rojo sangre- no pienso andarme con rodeos, quiero que me traigas un pasamontañas.

Tal derroche de falsa modestia responde a un impulso de honestidad y es que debo confesarte mi querido y nordpolero barrigón, que este año he sido lo que podría catalogarse de “un verdadero jijo de la güayaba” porque no he hecho nada más que quejarme de las tantas y tantísimas malas jugadas de que he sido víctima –como la mayoría de mis compatriotas-, que el noventa por ciento de los mails que he enviado a mis amigos, familiares y contactos en general, corresponden a subversivas invitaciones para hacerle saber a nuestros gobernantes que ya estamos hasta la coronilla de sus manejos desmedidos y que en cada oportunidad que se me presenta, suelto comentarios alusivos a levantamientos -de conciencia- y revoluciones -de criterio- como si el señor Malcolm X hubiera re-encarnado en mí.

Además del pasamontañas y esperando no abusar de tu confianza, quisiera que le trajeras algunas cositas a unos compadres que andan bien metidos en la polaca, primeramente me gustaría que al tal Marcelo le trajeras un puñado de cordura para que no se ande dando golpes de pecho por la falta de agua en su demarcación y al mismo tiempo tirando millones de litros para seguir poniendo pistas de hielo y playas públicas, –no lo puedo creer, llevamos años quejándonos de esto sin que el muy caradura tenga a bien buscarse otra manera de ganarse al pueblo- jugándole al mejor arranca-sonrisas popular y tráele también una bicicleta para que siga haciendo como que hace, a Agustín te agradeceré que le traigas dos neuronas, una normal –de esas que si funcionan- y una motriz porque ya no podemos seguirle pagando sus comilonas, a Felipe por favor tráele una casaca militar estilo Ernesto Guevara y unos soldaditos de plástico para que siga jugando a las guerritas de las falacias y un cordelito colorado para que se lo amarre en donde quiera y a ver si de aquí al término de su administración se acuerda que nos prometió erradicar el pago de tenencia, a la maestra Elba tienes que traerle –y aquí si, que no te voy a aceptar ninguna falla- un diccionario escolar para que se enseñe a hablar debidamente, a mis cuates de la cámara de diputados por favor no les traigas nada, que sean ellos quienes hagan sus compras navideñas con sus insultantes bonos, a los cuerpos policíacos –como cada año te pido- tráeles un puñado de decencia y otro más de sentido común y si te es posible, una caminadora a todo aquél que muestre trazos parabólicos a la altura del ombligo, a los empresarios que no pagan impuestos tráeles por favor una lavadora nueva con sistema de lavado automático integrado para que no anden perdiendo el tiempo en inútiles papeleos y que sus procesos de evasión se simplifiquen, pero sobre todo mi estimado barbas de nube, quiero que le traigas a todos y cada uno de los habitantes de este bellísimo y aguantador país, los pantalones necesarios para comenzar a gestar ese cambio que tanto nos viene urgiendo, para que se animen a alzar la voz y las manos de manera cabal y constante pero principalmente, trae un poco de conciencia de unidad porque nadie me cree que solo unidos podremos conseguir que la suerte se torne de nuestro lado.

Te dejo sin más esperanza mi querido Santoclos, que el saber que seguiré diciendo y desdiciendo al respecto hasta que las cosas cambien, si no cambian no te preocupes, para eso te pedí el pasamontañas.

Con esto me despido por este año querido lector no sin antes permitirme sugerirte armarte de valor y de paciencia porque el venidero 2010, estará tan lleno de sorpresas, que resultará increíble, te agradezco infinitamente dejarme seguir llegando hasta tus ojos por medio de estas mis nunca humildes letras. Felices fiestas.

Antonio Andrade
www.antonioandrade.com.mx
Guadalajara Jalisco

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